El arte del slow sex ha ido perdiendo terreno porque cada día son más las personas que se encuentran inmersas en sus prácticas cotidianas.

El ritmo frenético de nuestra vida cuotidiana, la rutina, las obligaciones… Pueden afectar también a la calidad de nuestras relaciones sexuales. Esas son las principales responsables de que el slow sex no sea disfrutando plenamente, tal como debería ser.

Deberías preguntarte a ti mismo cuanto tiempo le dedicas a tus relaciones sexuales, ¿12 minutos? ¿Quizás 10? La media de duración de una relación sexual en España es de 16 minutos. ¿Increíble verdad? Ya va siendo hora de cambiar esto.  

Cabe resaltar, que el slow sex es muy recomendado a cualquier edad, pero sobre todo a partir de los cincuenta años.

¿Qué es el slow sex?

El slow sex consiste en practicar la actividad sexual sin ningún tipo de prisas, sino disfrutando cada segundo. Además, el slow sex puede ayudar a retrasar la eyaculación, por lo que la experiencia es mucho más placentera.

Quienes sobrepasan los cincuenta años, suelen disfrutar mucho más de esta práctica, tal como lo han demostrado diferentes estudios. Un 44 % de los españoles en la edad de sesenta años, disfrutan más en la cama con la práctica del sexo lento. Aunado a ello, también confiesan que lo disfrutan más que cuando eran más jóvenes, dado que predomina la tranquilidad y no el apuro por llegar.

Es por todo ello que el slow sex, o el sexo lento, se está convirtiendo en una tendencia entre parejas de diferentes edades, ya que pueden prolongar la relación el máximo tiempo posible, ayuda a mejorar las condiciones físicas y a incrementar el bienestar a nivel emocional.

Haciendo una analogía, se podría decirse que el slow sex es como ir a dar un paseo a un parque, sin apuro, con tiempo para dedicarse a sí mismo, y, por supuesto a la pareja.

Isbelia Farías

De manera que lo descrito ocurrirá en la cama. Es ideal si los pequeños no están en casa, así ya no es necesario tener relaciones silenciosas y apuradas, sino que la meta es el disfrute. Esto hace que la actividad sexual sea mucho más consciente.

Uno de los puntos más fuertes del slow sex es que no solamente se obtiene placer al momento del orgasmo, sino en cualquier fase de la relación.

Proporciona mayor placer

Cuando una relación inicia, la excitación ocurre casi de manera instantánea, pero con el paso del tiempo se dejan los juegos iniciales a un lado y la rutina termina por arruinar la actividad sexual.

Por ello, la técnica del sexo lento y las preliminares ayudan a disfrutar del momento, controlando la excitación y retrasando el clímax, el cual, además, será mucho más intenso al momento de ocurrir.

Esto sucede porque la fase del deseo se extiende mucho más, acumulando la excitación haciendo que sea más prolongada. Todo lo contrario al sexo rápido, donde la energía estalla de inmediato.

Por lo tanto, podemos ver que el slow sex es una de las mejores formas en la que las parejas pueden invertir su tiempo para mejorar su relación y descubrir nuevas sensaciones. Pues, cuando las parejas no invierten en su intimidad, en la complicidad y los lazos estrechos, esto llega a afectar de forma física y negativa su desempeño en la cama.

Igualmente, cuando la pareja no toma tiempo para la actividad sexual lo que sobreviene es el estrés, el cual desencadena cansancio generalizado, dolores de cabeza, insuficiencia en la erección, eyaculación precoz o ausencia de lubricación vaginal.

Pero, todo ello podría solucionarse si se pone en práctica la técnica del slow sex, ya que fomenta la relajación y es una actividad que no se centra en el orgasmo, sino en el goce de cada segundo que se comparte en la intimidad.

El slow sex también ayuda a descubrir el propio cuerpo y el de la otra persona, por lo que los lazos de cercanía y complicidad se acentúan, puesto que se convierte en una práctica consciente.

Como practicar el slow sex

Para practicarlo, empezar con redescubrir vuestros cuerpos, parece algo muy típico, pero muchas veces dejamos de prestar atención a al cuerpo de la pareja o a tu propio cuerpo. Por eso debes explorar vuestros cuerpos sin prisa y redescubriros.

En segundo lugar, preparad el ambiente, un ambiente bien preparado puede cambiar totalmente la situación, usa una luz tenue, pon música agradable para los dos, enciende velas e incienso para armonizar el ambiente, utiliza gel estimulante… Nada está de más.

Dos aspectos muy importantes son no tener prisa, la prisa no tiene cabida en el slow sex, y la comunicación. Esta es la base de todas las relaciones y tiene muchísima importancia para trasmitir que es lo que nos gusta en el sexo.

También debéis tener en cuenta el jugar con los sentidos, si privas a tu pareja, con su consentimiento, uno de los sentidos puede que la experiencia sea mucho más excitante. Tu mejor aliado en este tema puede ser una máscara o una cuerda. Además, un buen masaje puede ser muy erótico, baja el ritmo y tómatelo en calma, dedícate a ello con todo tu ser.

En séptimo lugar, tenemos el sexo oral, es algo que bien ejecutado puede dar mucho placer. Un cunnilingus o una felación pueden transformar en experiencias inolvidables si se hacen bien.

Muy importante introducir juguetes sexuales, podéis usar juguetes para estimular otras partes erógenas del cuerpo aparte del pene y la vulva. Recorrer el cuerpo con un vibrador pasado por los pezones, los pies, las orejas… Y terminando en tus genitales.  Descubre donde te excita más y verás que realmente vale la pena conocer tu cuerpo mejor.

En este momento llega la penetración, si os apetece terminar toda la experiencia disfrutando de la penetración nada os lo impedirá, probar nuevas posturas, cambiad de velocidad e intensidad. La excitación y los orgasmos serán de cine.

Sexóloga Isbelia Farías